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jueves, 7 de febrero de 2013

Primer capítulo de Inferno de Sherrilyn Kenyon


Capitulo 1


Cuando la mayoría de los hombres decían que su novia los quería matar, era una tremenda exageración o extrema paranoia. En el caso de Nicholas Gautier, era una brutal y cruda realidad. Tan dura como una piedra. Especialmente porque la advertencia de que su chica era una asesina enviada a matarlo provenía de la misma muerte. La única criatura que estaría mejor capacitada para reconocer a un asesino... como decía ese viejo dicho, uno no discute con la muerte.

 Aturdido y entumecido frente a esa bomba inesperada, Nick volvió su atención a Nekoda Kennedy mientras se sentaba en su clase de química al lado del mejor amigo de Nick, Caleb Malphas. Por primera vez su ajustado pulover color crema no le hizo perder la cabeza. Tampoco la brillante sonrisa en sus labios. Labios que atraían su atención y momentáneamente distraían sus pensamientos... Si, bueno, realmente era preciosa, desde su cabello castaño, suave y brillante hasta la punta de sus botas de cuero rosas. Y que no lo hicieran pensar en sus verdes, verdes ojos que contenían un fuego tan brillante, que quemaba. Pero un hombre debía tener criterio, y no ser asesinado po su chica era definitivamente tener criterio.

 Desafío a las hormonas adolescentes.

Entonces por qué se sentía como si alguien le hubiera dado una patada en los huevos cuando su sonrisa se desvanecía y la tristeza reemplazaba la alegría en su rostro? por qué lo lastimaba ver la incertidumbre que él le causaba?

Soy un enfermo...

Esa era la única explicación razonable. Ninguna persona normal y cuerda se preocuparía por no lastimar los sentimientos de una mujer enviada a matarlo.

Excepto por Nick Tontito Anormal Gautier.


Nick bajó la mirada al corazón rosado en el collar que le había regalado y que ella estaba usando, para celebrar su aniversario - y el haber podido escapar de otra aventura en la que casi pierden la vida. Era una muestra de cuánto la amaba, y algo que le hiciera saber que su vida significaba para él mucho más que la propia - que con gusto moriría para protegerla.

Y aun así, durante todo este tiempo, ella había sabido que su misión en St. Richards era terminar con su vida.

¿Acaso no es una montaña de mierda? Le juro mi lealtad eterna y ella jura cortarlme la cabeza.

¿Por qué le sorprendía?

Porque a pesar del hecho de que era mitad demonio, quería creer en la bondad de los demás. Que en el fondo la gente era decente. Incluso la gente que no era humana.

Y mientras su mirada se fundía con la de ella, ya no vio el salón de química ni a ninguno de sus compañeros. Todo se desvaneció de su vista excepto Nekoda. Ella se veía tan dulce e inocente. Justo como cualquier otra adolescente hermosa. Nadie adivinaría que ella era cualquier cosa menos normal.

Lo mismo con Caleb. Con su cabello y sus ojos oscuros, y con su contextura y rasgos perfectos, Caleb era un todo un chico rico americano. No tenía ningún parecdo con el demonio alado que en realidad era.

Incluso Nick se venía normal en el exterior. Bueno, excepto por la horrible camisa hawaiana que su madre le había hecho usar a base de culpa. Lo único bueno de usarla era que era conocida por cegar a algunos de sus enemigos enviados a terminar con su existencia. O hacerlos reir tanto que le daría una oportunidad de acertar un golpe antes de que lo mataran.

Y además era un repelente de demonios femeninos fenomenal. Y de mujeres también.

Pero Nick era cualquier cosa menos normal.

Sé lo que soy. Esa no era la pregunta. Él, al igual que Caleb, eran descendientes de demonio, nacidos y criados.

La especie de Nekoda era la que estaba en cuestión.

 ¿Quién sois?

 No. ¿Qué sois?

Él le había hecho esa pregunta muchas veces. Y por cada vez que la hacía, ella se rehusaba a contestar, y ahora sabía por qué.

Lo que significaba que ella podía ser humana, diosa, demonio, chupa-almas, metamorfa, guardia sobrenatural... había tantas criaturas que había estudiado durante el último año que ni siquiera podía comenzar a adivinar sus orígenes.

Por lo que sabía, era una caníbal fría y come corazones. Eso al menos explicaría el dolor profundo y amargo que sentía en el medio de su corazón.

"¿Planea tomar asiento en un futuro cercano, Sr. Gautier? ¿ O debo comenzar la clase mientras usted mira al infinito con la boca abierta en el medio del salón? Sus compañeros se rieron.

Nick dio vuelta la cabeza para mirar mal a la muerte. La famosa parca estaba parada al lado del pizarrón, donde había escrito su nombre. "Señor Tumbas."

Estás demente, Grim. Totalmente.

Pero solamente Nick podía ver la verdadera forma de Grim. Un apuesto hombre rubio en sus veinte. Incluso podía ver la guadaña de Grim que estaba asegurada con una tira de cuero que le cruzaba la espalda. Para el resto de los ocupantes del salón, incluyendo a Nekoda y a Caleb, Grim parecía un hombre de unos cuarenta años, petiso y bastante común, vestido con un traje marrón barato.

 Seh...

Nick se reiría, pero la muerte podría tomarlo como un desafío personal y decidir ayudar a Kody a matarlo. Aun así, Nick no podía hacerse a la idea de Grim en el medio del salón.

Era un día triste cuando la muerte no tenía nada mejor que hacer que hacerse pasar por un profesor suplente de química.

No, no era así de fácil. Alguien en esta habitación estaba a punto de morir y Grim estaba en este lugar para jugar con su víctima. Nick podía sentirlo con cada parte de su ser inhumano.

¿Pero quién?

Sabiendo que no tendría una respuesta hoy, le sonrió a la muerte, lo cual probablemente no era la mejor idea. Pero jamás dejaría que su sentido común frenara a su estupidez. "Por favor, comience con la clase.... Sr. Tumbas. Lo último que querría es interponerme en su trabajo."

La muerte le dedicó una media sonrisa. "Chico listo. Sabía que se le podía enseñar."

Nick notó la indirecta siniestra y la referencial al hecho de que Grim había sido su tutor durante este último año. El espectro le había enseñado muchas cosas interesantes, pero esos poderes tenían un mal hábito de volverse en su contra. Por esa razón Grim pensaba que era denso y estúpido. Pero él no era nada de eso. Él era rápido y notaba cosas que el resto de la gente pasaba por alto.

Incluyendo el hecho de que Grim tenía sus propios planes respecto a Nick. Definitivamente no era su tutor por la bondad en su corazón negro.

Nick todavía tenía que descrubrir la verdad sobre lo que motivaba las acciones de Grim, pero lo descrubriría a su tiempo.

Aun así, la información sobre Nekoda lo desequilibraba. ¿Le creía a Grim? Especialmente sabiendo que Grim era un agitador. Grim podía estar mintiendo solo para causar problemas.

Confiá en ella más que en la muerte. Ella había peleado a su lado infinitas veces y había salvado su vida. Y aun así...escuchaba la voz de Ambrose en su cabeza advirtiéndole que todavía tenía que pasar por las traiciones que algún día causarían su muerte.

Y la de su madre.

Con ese pensamiento causándole náuseas, Nick se sentó entre Nekoda y Caleb.

Nekoda se estiró para tocar su mano. "¿Estás bien?"

Nick deslizó su mano lejos de la de ella. "Si, claro. ¿Por qué no estaría bien?" Abrió su mochila para sacar los libros que necesitaba para esta clase, pero se detuvo al verla fruncir el ceño por el rabillo del ojo.

¿Me vas a saltar a la yugular un dia de estos, Kody? ¿Después de haber pasado tantas cosas juntos? Esa era la pregunta que quería hacerle. Pero no había necesidad de meterse en este tema mientras estaban en clase. La reputación que tenía en la escuela era tan mala que tendría que usar un tractor lleno de dinamita para llegar aun más bajo. Lo último que necesitaba era acusar públicamente a su novia de ser un demonio maligno enviado a terminar con su vida.

Ya es suficientemente malo que piensen que soy un criminal y una basura. No hay necesidad de hacerles pensar que también estoy loco.

Él abrió su libro y trató de concentrarse en las palabras que habían perdido todo sentido. Deberías dejar la escuela y olvidarte de toda esta mierda. No era como si la escuela pudiera enseñarle algo que fuera a necesitar en la vida real. Definitivamente no le iba a enseñar como sobrevivir a los predadores que seguían viniendo por él. Cómo evitar todas las trampas sobrenaturales que lo esperaban...

Nick apretó el puño mientras lo asaltaba un terrible deseo de decirle al director dónde meterse esta currícula inservible.

No puedo hacer eso.

Le rompería el corazón a su madre. Y sería marcado como un perdedor por todos... y también por sí mismo.

Si Caleb podía sufrir las indignaciones, molestias, y aburrimiento de la escuela secundaria quejándose una o dos veces por hora, él también podía hacerlo. Y, a diferencia de Caleb, no había vivido la historia y las lecciones que le estaban enseñando ahora. Para Nick, la mayoría de estas cosas eran nuevas.

¿Qué pasa Nick? ¿Por qué de repente estás enojado conmigo?

Él miró de reojo a Nekoda quien le había enviado la pregunta telepáticamente. Había pensado en no responderle, pero ella era la única que podía escucharlo por este medio.

¿Quién sois, Kody? Esta vez no era una pregunta, él le demandaba una respuesta.

Ella desvió la mirada. Sabes que no puedo decírtelo.

 Si, puedes. Solo que no querés hacerlo y ese es el problema.

Ella suspiró cansada. ¿Por qué volveis otra vez al mismo tema?

Porque hace unos minutos me enteré de la verdad. Estás acá para matarme.

Se puso blanca como una hoja, confirmando la predicción de Grim respecto a ella.

La rabia lo atravesó tan rápido y furiosamente que podía saborearla. ¿Acaso vas a negarlo?

Ella dudó antes de contestar. ¿Qué quieres que te diga?

Quiero la verdad, Kody.

Los ojos se le llenaron de lágrimas y desvió la mirada lejos de él. Durante un momento se sintió mal por causarle dolor, y luego se sintió estúpido por esa emoción. Qué clase de idiota se preocupaba por hacer sentir mal a la persona que había sido enviada para terminar con su vida?

Nick Gautier. Idiota. Tonto. Mal vestido. Perdedor de primera. Kody volvió a tocar su mano. La única verdad que debería importarte es que me importas. Mucho.

Mucho. Sí, claro. ¿Qué clase de chamuyo era ese? Iba cabeza a cabeza con "Tiene una gran personalidad" o, mejor aun, "mejor seamos solo amigos."

 Nick entrecerró los ojos, tratando de ver la verdad en sus emociones. ¿Realmente sentía algo por él o era solo una buena actriz?

 Estás acá para matarme... ¿Si o no?

Ella retiró su mano. No es tan simple.

Él la miró con la boca abierta. ¿Lo decía en serio? "¿Qué podría ser más simple que eso?"

Cada cabeza en el salón se dio vuelta para mirarlo. Nick sintió como se le encendía la cara. Ah sí, como si la pubertad no fuera lo suficientemente embarazosa. Ahora también gritaba en el medio de la clase sin razón aparente.

"¿Estás canalizando espíritus otra vez Gautier?" Stone Blackmore - Jefe de los idiotas deportistas- preguntó.

"Nah," dijo Mason, el mejor amigo de Stone. "Probablemente es algún tipo de desorden mental, como Tourette de los barrios bajos."

Todos se rieron a carcajadas.

Avergonzado y enojado, Nick taladró con la mirada al ente no pensante que bien llebava el nombre de Stone, porque era tan inteligente como una piedra cualquiera... sin ofender a las piedras.

Grim arqueó la ceja. "¿Está usted en el medio de algún problema personal? ¿Debería darle un pase para ir al consejero?"

 Nick tuvo que tragarse las ganas de responderle a su mentor con un insulto, pero solamente un tonto hacía enojar a la muerte. Y si había algo que Nick había aprendido durante el último año era que la muerte no tenía sentido del humor, y especialmente cuando él era el remate de la broma.

"No, fue un espasmo momentáneo de mandíbula."

"Entonces le sugiero que trate de controlar sus funciones corporales en un futuro." La muerte se dio vuelta hacia el pizarrón.

Nick apretó los dientes. Este no era ni el momento ni el lugar para esto y él lo sabía. Nunca había sido fanático del drama, después de todo. Hablemos de esto más tarde.

Kody se paralizó. Bien. No quiero volver a hablar de esto.

Claro que no. Justo él había encontrado a la única mujer en el universo que no quería hablar sobre sus sentimientos o su relación. La única que quería dejas las cosas como estaban y mantener el status quo.

¿Estás bien?

Suspirando, Nick le asintió a Caleb. Si no dejaban de hablarle mentalmente, pronto iba a parecer que estaba loco.

Peor, Caleb se estiró hacia adelante y miró a Kody intensamente.

Genial. Ahora ellos dos estaban hablando mentalmente y él no podía escucharlos.

Nick pasó su mano por su cabello mientras daba rienda suelta a su ira. Era tan fiera, que le hacía zumbar los oidos. Durante las últimas semanas había notado que era cada vez más rápido para enojarse. Aunque siempre le había costado manejar su mal carácter. Demasiado rápido para enojarse, demasiado lento para calmarse. Esa era la razón por la que trataba de relajarse y dejar que las cosas le resbalaran. La razón por la que intentaba que las cosas no le importaran demasiado.

Aun así, de un tiempo a esta parte, incluso las cosas más pequeñas lo irritaban.

¿Sería el demonio que ganaba fuerza? Su futuro yo, Ambrose, le había advertido más de una vez sobre dejar que su caracter lo gobernara. Normalmente era Kody quien lo calmaba cuando tenía estos cambios de humor.

Si... hoy no. Hoy, la sola mención de su nombre le prendía fuego a su furia. Se sentía al límite y más cerca de perder la calma de lo que jamás había estado. Excepto por aquellas veces en las que verdaderamente había perdido la calma.

Vamos, clase, termina de una vez. Realmente necesito un recreo.

¿Por qué no podía tener el poder de la manipulación espacio-tiempo? Según le había dicho Ambrose ese era el único poder que nunca poseería. Salvo que lo robara de alguien más.

Por supuesto, tenía el poder de la persuación. Ese era el único que le funcionaba la mayoría del tiempo... pero no con la muerte. Maldito seas por enseñar esta clase.

Se sentía como una tortura, y no precisamente como la usual tortura mi-clase-es-demasiado-larga a la que estaba acostumbrado.

"¿Lo estoy aburriendo Sr. Gautier?"

Nick parpadeó al darse cuenta de que Grim le estaba hablando. Eligió ignorar las risas y los comentarios incidiosos de sus compañeros que se divertían tan fácilmente, como la mayoría de las criaturas que no pensaban, por su falta de atención. "¿Disculpe?"



"Estábamos repasando la tabla periódica. Le pregunté, con esta cuatro veces, qué es r-u y a qué categoría pertecene y cuál es su peso atómico."

Como si lo supiera. ¿Quién en su sano juicio...?

El pensamiento se esfumó mientras la respuesta surgió en su mente. "Ruthenium. Es un mental de transición poco común. El número atómico es 44 y su peso 101,07. Se derrite a los 2334 grados celcius y 4233 fahrenheit y tiene un punto de ebullición  de 7502 grados fahrenheit. ¿Algo más que quiera saber sobre ese elemento?"

Esperen... ¿acaso entendía algo de todo eso?

Curiosamente, si.

¿Pero cómo? ¿Sería otro poder que iba y venía, y nunca funcionaría correctamente?

Grim asintió con una molesta luz de respeto en sus ojos. "Así que puede aprender por ósmosis."

Esa era una teoría. Porque no había otra forma de explicar cómo sabía algo que no podía recordar haber visto jamás. Tenía que habérsele metido por la piel mientras dormía sobre su libro de química. Eso tenía sentido para él. "Aparentemente."

"Siempre supe que eras un bicho raro, Gautier," Stone susurró.

El temperamento de Nick explotó.

Y también lo hizo Stone. Un segundo se estaba burlando de Nick y al siguiente su camisa se prendió fuego. Nick saltó sorprendido al igual que Caleb y el resto de la clase. Algunas de las chicas gritaron y corrieron hacia la puerta mientras Grim se mantuvo al margen con un brillo malévolo de esperanza en sus ojos muertos.

Brynna Addams agarró el extinguidor de la pared y trató de usarlo.

Nick corrió hacia ella y le extendió la mano para que ella se lo pasara. Dada la inclinación que tenía su viejo horno a causar una combustión espontánea cada vez que lo usaban, Nick tenía mucha experiencia con ellos.

Brynna se lo dio sin preguntar.

Nick rápidamente se movió hacia donde estaba Stone y lo roció con todo lo que había. Humo blanco llenó la habitación, y no fue hasta que el fuego se extinguió que Nick se dio cuenta de lo equivocado que había estado en el pasado.

Creo que en verdad apagaría el fuego si te estuvieras quemando, Stone.

¿Quién lo habría adivinado?
Traducción de Mariana Agnelli para Rito de Sangre

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